Las primeras noticias que se tienen de fenómenos extraños en el edificio de la Diputación de Granada, datan de 1989, concretamente en noviembre, cuando el periodista Juan Jesús Hernández dejaba plasmado este tipo de sucesos en el periódico Ideal.
Según Hernández, los trabajadores del edificio granadino se quejaban de sucesos anómalos, como gritos, cambios bruscos de temperatura, desaparición de objetos....
A raíz de ello, el grupo Omega que por aquel entonces comandaba el desaparecido Mariano Carmona Almendros entre otros investigadores como Juan Burgos, se hizo cargo de la investigación y obtuvieron permiso para investigar durante dos noches aquellos extraños fenómenos tan comentados por los trabajadores del edificio.
El primer punto que decidieron investigar fue el sótano, el cual albergaba cantidad de historias sobrenaturales, como la desaparición de objetos, extraños ruidos entre otros tipos de manifestaciones, todo ello corroborado por los vigilantes de seguridad que aseguraban haber sido testigos de ese tipo de sucesos e incluso mas raros, como el de las puertas, y que afirmaban que al cerrarlas, pocos minutos después aparecían abiertas. Pero sin embargo el hecho mas aterrador era escuchar las máquinas de escribir, tecleaban solas.
Varios fenómenos anómalos ocurrieron durante la investigación del grupo Omega, como la presencia de luminarias extrañas en el interior del patio, ruidos de procedencia desconocida e incluso una aparición espectral que se formó apenas a unos metros de los investigadores. Juan Burgos con un medidor de campo magnético siguió la espectral silueta, hasta perderse ésta por una pared.
Fue en el preciso momento de acercar el aparato medidor a dicha pared, cuando del muro salió un rayo eléctrico que impactó en la mano del investigador granadino, al mismo tiempo que el medidor caía al suelo quedando totalmente destrozado. Posteriormente al mirarse la mano, Juan Burgos observó como en su dedo pulgar tenía dos pequeñas marcas que parecían a la de dos pequeños incisivos.
También obtuvieron material psicotónico, sobre todo la de una voz gélida y brusca que decía: “Os arrepentiréis”. Después de todo esto las investigaciones siguieron y pudieron comprobar que en unas antiguas obras de remodelación del edificio se habían encontrado restos de fetos emparedados.
Actualmente el edificio ha sido acondicionado para acoger las oficinas del catastro y ha sufrido una reforma en su estructura actual, dotando al inmueble actualmente de largos balcones, a la vez que se dota al inmueble de una mayor luminosidad.
De todos modos hay quien asegura por tierras de la Alhambra, que los supuestos fantasmas del edificio siguen a pesar de todo, y que de momento el misterio, sigue enclavado en aquel edificio que en su día albergó la Diputación de Granada.
