Fatima


Sucedió en mayo de 1917. El lugar escogido, Cova de Iria, Fátima, un pequeño pueblo portugués. Los protagonitas, Lucia Santos, Francisco, Jacinta Marto...y la Virgen. Sin lugar a dudas el caso de Fátima ha sido el mas famoso y de mayor impacto social de todos los incidentes marianos hasta la fecha.

Tanto es así, que incluso el Vaticano ha guardado y sigue guardando recelosamente información sobre aquellas apariciones y los mas que famosos tres secretos que la Virgen le comunicó a los niños.

Como ya hemos comentado, ésta sucedió en mayo de 1917. Francisco, Jacinta Marto y Lucía Santos, que era la mayor de los tres, estaban al cuidado del ganado cuando de repente observaron en el cielo unos destellos de luz muy anómalos. Al mismo tiempo de aquella visión, pudieron comprobar como de aquellos destellos emergía una figura, a la que ellos inmediatamente identificaron como la Virgen María. Según los niños, la Virgen les comunicó que fueran a ese lugar todos los días 13 de cada mes, hasta el mes de octubre de ese mismo año, día en que les comunicaría el motivo de su venida a la Tierra.
En el siguiente encuentro, el 13 de junio los niños se encontraban junto con unas sesenta personas de las cuales, apenas vieron nada. Sin embargo, Lucía Marto mantuvo una conversación profundamente religiosa con una entidad invisible. La niña le preguntó si abandonarían la Tierra pronto, a lo que la entidad le contestó que Jacinta y Francisco pronto partirían pero que ella tardaría más.

Efectivamente y tal y como fue anunciado, dos años más tarde murió Francisco, víctima de la terrible epidemia de gripe de 1919. Jacinta Marto, moriría al año siguiente. Sin embargo Lucía murió a una edad avanzada.

Poco a poco, las visiones y los supuestos diálogos que mantenían aquellos tres niños de Fátima con la Virgen dieron la vuelta al mundo. Aquel pequeño pueblo portugués era el epicentro de todo lo espiritual, divino y milagroso en aquel momento.

Miles de personas movidas por su fe, peregrinaban hasta Fátima para poder observar o incluso nada más sentir la presencia de la Virgen, la presencia de la madre de Dios. Así pues, en julio fueron 5000 testigos los que se reunieron junto a los niños para presenciar el milagro y en el mes de agosto la cifra se multiplicó hasta los 20000, pero no se pudo llevar a cabo por la encarcelación de los niños por parte del subprefecto de la región. Este, decidió encarcelarlos durante el día en cuestión en que estaba programado la aparición de la Señora de Fátima.

Pero el día 19 de ese mismo mes, la Virgen decidió aparecerse otra vez ante los niños para informales que la revelación prometida para el mes de octubre iba a ser difícil de efectuarla dada la imposibilidad de celebrar los encuentros los días 13 a lo que unió la construcción de una capilla en el lugar de las apariciones.

El 13 de septiembre, un mes antes de la fecha elegida por la Virgen, se concentraron 30000 personas para presenciar el milagro. Nuevamente muchísima gente volvió a irse decepcionada al no observar nada fuera de lo normal, aunque algunos testigos afirmaban haber visto pétalos de rosas caer del cielo o una extraña luz que se deslizaba por el firmamento de forma muy rara. Al mismo tiempo, Lucía, que parecia la que llevara todo el peso de las apariciones, en todo momento estuvo hablando al aire.

Fátima, 13 de octubre de 1917. Esta era la fecha escogida por la virgen para su revelación. El momento había llegado. Más de 70000 personas se congregaron para ser testigos del milagro, para ser testigos de lo sobrenatural o lo que es más importante, por su fe.

Según numerosos testigos, aquel día el sol empezó a balancearse y lo describieron como si bailara, motivo por el cual algunos ufólogos no descartan el posible avistamiento de un ovni en detrimento de un posible milagro por parte de lo Divino. Según Lucia, la Virgen le comunicó tres secretos.

Poco después Lucia se hizo monja y en 1942, escribió sus memorias, en las que afirmaba haber tenido mas manifestaciones de la Virgen e incluso de Cristo después de aquel 13 de octubre de 1917.

Pero sin duda alguna, lo más intrigante de esta historia sea el contenido de esos supuestos mensajes secretos que le dio la Virgen. En aquellas memorias de Sor Lucía escritas en 1942, destacan dos de los tres secretos:

1) "Ustedes han visto el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarles, Dios desea establecer en el mundo devoción a mi Inmaculado Corazón."

2) "La Primera Guerra mundial terminara pronto. Sin embargo, si la humanidad no deja de ofender a Dios, otra guerra peor surgirá en el Reino del Papa Pío XI. Cuando ustedes vean una noche iluminada por una luz desconocida, sepan que éste es el gran signo que Dios les da, porque el va a castigar el mundo por sus crímenes a través de las guerras, el hambre, la persecución de la Iglesia y del Santo Padre. Para impedir esto, Yo vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión de reparación de los Primeros Sábados.
Si mi petición es acatada, Rusia se convertirá, y habrá paz. Si no, Rusia transmitirá sus errores a través del mundo, promoviendo guerras y la persecución de la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas; en el final mi Inmaculado Corazón triunfará. El santo Padre consagrara Rusia a mi la cual se convertirá, y algún tiempo de paz se le dará al mundo."

El 26 de junio de 2000, el Vaticano haría pública una reproducción fotográfica de un documento redactado a mano por Sor Lucía en la que contiene el tercer secreto de la Virgen para la humanidad, aunque no del todo.

Según el manuscrito que presentó el Vaticano, a dicho documento le falta una frase. Este es el tercer secreto guardado con recelo durante 83 años:

"Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz qué es Dios: 'algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él' a un Obispo vestido de Blanco 'hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre'.
También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza.

El Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones.

Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios".




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