La madrugada del 25 de abril de 1998 se produjo en los limites de las provincias de Huelva y Sevilla uno de los mayores desastres ecológicos hasta la fecha, un desastre comparable solo al que protagonizó en 2002 el petrolero Prestige frente a las costas gallegas. Aquella madrugada de primavera, en la población de Aznalcóllar, a 50 kilómetros de Sevilla, la presa de la compañía Boliden Apirsa destinada al depósito de residuos industriales derivados de pirita, plomo, mercurio y cobre sufrió un corrimiento de tierras, provocando una gran riada tóxica que afecto a muchas localidades próximas a la zona, incluido parte del Parque Nacional de Doñana. Un día antes, la madrugada del 24 al 25 de abril a las 4:00 horas, se produjo un espectacular avistamiento OVNI sobre las instalaciones de la compañía Boliden. Un vecino de la localidad que a esa misma hora pasaba por las inmediaciones con su vehículo, fue testigo directo de una luz blanca muy brillante y que alternaba lentamente con un color rojo anaranjado. Según esta persona, el objeto surcaba lentamente el cielo con movimientos hacia arriba y abajo y siempre sobre la misma zona. Esto causó gran curiosidad en el testigo, que observó durante un espacio largo de tiempo las evoluciones de aquella misteriosa luminaria y sobre todo por el interés que parecía despertar esa zona concreta de Aznalcóllar al extraño objeto. Cinco días después de la rotura de la presa, cuatro personas que se desplazaban en su vehículo por la misma carretera donde se produjo días antes el avistamiento, observaron tres naves de color blanco brillante y rojo anaranjado que surcaban el cielo en dirección a las localidades de Gerena y El Garrobo. Estos municipios junto al del Aznalcóllar conforman lo que para muchos investigadores es un punto caliente de avistamientos OVNI, humanoides y otros tipo de fenómenos extraños y que ya se le conocía como el “Triángulo Magnético”. Posteriormente se investigó el tráfico aéreo de la zona durante los días de los avistamientos. El 24 de abril, según informó el Control de Vuelo de Sevilla y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial no se registró tráfico alguno por la zona, muy al contrario que los días posteriores a la rotura de la presa, que presento un notable tráfico de Helicópteros del Cuerpo Nacional de Policía, de la Guardia Civil y de medios de comunicación. Muchos escépticos apuntaron al efecto de la iluminación de las instalaciones como posible causante de los avistamientos, explicación que no se dio por válida debido a la mínima iluminación de las instalaciones, incapaz de provocar tal efecto en el cielo nocturno. Hay quien piensa y afirma que esas extrañas luces pudieron ser las causantes de tal desastre, mientras que algunos están seguros de que estaban allí para avisar de dicho accidente. La verdad no la sabemos, pero lo que si parece, es que algo extraño sobrevoló los días 24 y 30 de abril de 1998 las instalaciones de Aznalcóllar.