El Caso Conil


Conil de la Frontera pasó a la historia de la ufología española como uno de los casos mas curiosos y espectaculares que se recuerda. Avistamientos continuos durante un par de semanas, humanoides en la playa, grandes huellas sobre el terreno, transformación de los seres...Todo esto y mas conforman lo que en los anales actuales de los No Identificados, el Caso Conil.

Pero situémonos. Conil de la Frontera es una pequeña población de gran tradición marinera enclavada en la provincia de Cádiz, al sur de España. Población activa, sobre todo en el periodo estival, hacen de Conil una obligada referencia para el sector turístico. Sus calles, sus comercios y sobre todo su playa hacen de este pequeño rincón marinero una irresistible tentación para el viajante. Y precisamente en su playa, de nombre Los Bateles, es donde transcurre este singular y cuanto menos sobrecogedor caso.

Conil de la Frontera, Cádiz. Playa de los Bateles. 29 de Septiembre de 1989. 20:45 h. Un grupo de 5 jóvenes de la localidad acuden a la playa dispuestos a observar las evoluciones de unas extrañas luces en el cielo y que durante un par de semanas venían manifestándose casi a diario. A las 20.45 horas, aproximadamente, aparece sobre la vertical de los testigos una "media luna" con unas luces rojas en el interior. El semicírculo se dirige en silencio hacia el pueblo. Al poco, también sobre las cabezas de los muchachos, surge otra luz. Esta lleva a cabo una serie de fogonazos a lo que responde una tercera luz ubicada sobre el puerto.

Posteriormente los jóvenes apostados detrás de un montículo, aciertan a distinguir con la ayuda de unos prismáticos las figuras de dos seres de alta estatura embutidos en una especie de túnica blanca hasta el suelo, que caminaban torpemente sobre la orilla y que según los testigos no tenían rostro ni pelo. Acto seguido los extraños seres comienzan a avanzar hacia los testigos con los brazos pegados al cuerpo, provocando la huida de los jóvenes conileños ante tal situación.

 Los dos humanoides se detienen y se giran dando completamente la espalda a los testigos, como si se dispusieran a observar la extraña luz roja sobre el puerto. Poco después una pequeña esfera azulada del tamaño de una pelota de tenis comienza a caer como si se tratara de una estrella fugaz, llegando a detenerse por completo a muy poca distancia de las cabezas de los seres. Inmediatamente, los dos humanoides se sientan en la arena y empiezan a cavar y a hacer un montículo en forma de herradura.

Los seres se tumban de espaldas totalmente rígidos y empiezan a pasarse una pequeña esfera azul, así durante cinco o diez segundos. Los cinco testigos continúan observando las evoluciones, sobre todo uno de los jóvenes que no perdía detalle con los prismáticos de lo que estaba pasando. Fue entonces, cuando el pánico se apoderó de los muchachos al comprobar la imagen de una negra figura que se acercaba desde el agua envuelto como en una especie de nube o niebla y dando la sensación de ir flotando en el aire hasta detenerse donde se encontraban tumbados los otros dos. Este tercer ser, era según los jóvenes, mucho mas alto que los otros dos, con una cabeza muy grande y blanca en forma de pera invertida y de ojos grandes y oscuros, ataviado con una especie de mono estrecho totalmente negro. 

Sin darse cuenta por el pánico y el desconcierto ante lo que estaban viendo, los cinco muchachos perdieron de vista al ser de negro, pero observaron como de donde se encontraban los otros dos seres salían un hombre y una mujer de apariencia totalmente normales. Acto seguido la pareja caminó en dirección al pueblo perdiéndose por las calles conileñas. Pero todavía habría mas sorpresas, puesto que en ese mismo instante se percataron de algo extraño en el mar. Ante sus temerosos ojos vieron venir nuevamente por las aguas de los Bateles a la enigmática figura negra que se dirigía a gran velocidad, como si fuera flotando, hacia donde se encontraban los cinco muchachos de Conil. Al llegar a la orilla se detuvo y se quedó mirando durante unos instantes a los jóvenes, que se encontraban a unos cincuenta o sesenta metros de aquel ser, para posteriormente darse la vuelta y perderse por donde había venido.

La noticia recorrió España de cabo a rabo y fue incluso de interés internacional. Pero lo llamativo del caso es que no fue el único incidente de esas características durante esa fecha, puesto que dos días antes la agencia soviética TASS lanzaba al mundo la noticia de un supuesto aterrizaje de un ovni en un parque de la ciudad de Voronezh y que según dicha agencia varios testigos observaron a varios humanoides de gran altura y con unas características similares a los que avistaron dos días después los muchachos de Conil.

Pero el “Caso Conil” como es lógico, tuvo una gran avalancha de detractores. Incluso a día de hoy sigue siendo fuente de muchos escépticos que lo aprovechan para desacreditar aun mas el fenómeno ovni. 
El argumento que toma mas fuerza dentro del campo escéptico es el que indica que los muchachos de Conil confundiesen las extrañas luces con dos barcos británicos que desempeñaban trabajos de cableado por aquellas fechas junto a la Costa de Conil y que los extraños seres que vieron fueran realmente buzos de dichas embarcaciones que se estaban cambiando en la playa. Todo esto fue plasmado en un informe realizado por el G.E.I.F.O. (Grupo Español de Investigación del Fenómeno Ovni). El 16 de Octubre de 1989, este informe fue publicado en Diario de Cádiz, dejando el asunto totalmente explicado para la opinión pública.
 
Pero para algunos investigadores de renombre, sobre todo el incansable J.J. Benítez, este caso tiene muchos cabos sueltos y apunta a que dicho informe fue solo una labor de ocultamiento e intoxicación de lo que puede ser uno de los casos ovni mas importantes de España. A raíz de ahí, el fenomenal escritor navarro recopiló pruebas en busca de desenmascarar la verdad. Informes de la Policía Local de Conil y de la Guardia Civil acerca del avistamiento de extrañas luces en los cielos conileños, Informe de uno de los barcos resaltando la posición del buque a la hora del incidente y la negativa de haber desplazado buzos a la zona, entrevistas a los testigos...Repuestas a tantas y tantas preguntas sobre este caso tan especial y que mas tarde las plasmaría en su libro “La Quinta Columna”.

El debate sigue abierto. ¿Historia rocambolesca de unos muchachos para llamar un poco la atención? O ¿Verdaderamente la playa conileña de Los Bateles fue testigo de un encuentro con seres de otros mundos? O lo que es mas impactante...¿Si realmente todo esto fuera cierto, son capaces de convivir entre nosotros?


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